Si te han diagnosticado una Enfermedad Torácica es fundamental seguir las indicaciones y recomendaciones del equipo de especialistas que están llevando tu caso. Esta publicación busca darte una guía general de los pasos que puedes seguir desde el momento en que se encuentra el problema de salud, pero es muy importante recalcar que cada persona y cada situación son únicas y pueden variar según la gravedad de la enfermedad y el tipo específico de afección.

1. Consulta con un Especialista: Después de recibir el diagnóstico inicial, te deben de enviar con el especialista en enfermedades torácicas (cirujano torácico, o neumólogo) según sea necesario, y si no lo hacen, ¡debes solicitarlo!, Recuerda, es tu salud la que está en juego.
2. Comprensión de la Enfermedad: Asegúrate de comprender completamente tu enfermedad. Pregunta a tu médico todas las dudas que tengas, ¿porqué apareció la enfermedad?, ¿cuál es el pronóstico?, ¿hay opciones de tratamiento?. No lo olvides, Aclara Todas Tus Dudas.
3. Tratamiento Médico: Dependiendo de la enfermedad, puede recomendarse únicamente la toma de medicamento vía oral, terapia física y/o rehabilitación pulmonar.
4. Cirugía: Si la enfermedad torácica requiere intervención quirúrgica, tu médico te explicará en detalle el procedimiento, sus riesgos y beneficios. Por ejemplo, puede ser necesario realizar cirugía para extirpar tumores (cáncer), reparar tejidos (fracturas) o corregir anomalías (pectus excavatum).
5. Plan de Seguimiento: Desarrolla un plan de seguimiento con tu equipo médico. Esto podría incluir visitas regulares de seguimiento, pruebas de seguimiento y ajustes en el tratamiento según sea necesario.

6. Cuidado Personal: Sigue las recomendaciones de tu médico en cuanto a cambios en el estilo de vida, dieta, ejercicio y otros aspectos del autocuidado. Esto puede incluir dejar de fumar, mejorar la alimentación o participar en programas de ejercicios específicos.
7. Apoyo Emocional: La enfermedad torácica puede tener un impacto emocional significativo. Busca apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o grupos de apoyo.
8. Segunda Opinión: En algunos casos, puedes considerar obtener una segunda opinión médica para confirmar el diagnóstico y explorar diferentes opciones de tratamiento. IMPORTANTE, si en la primera cita no te atiende el especialista adecuado ni tampoco te envían, ¡solicítalo!
9. Ajustes Laborales: Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, es posible que necesites hacer ajustes en tu vida laboral. Habla con tu empleador sobre cualquier necesidad de adaptación.
10. Seguimiento Constante: Mantén una comunicación abierta con tu equipo médico. Notifica cualquier cambio en tus síntomas, y sigue las recomendaciones médicas de manera constante. Si el problema reaparece pero lo detectas a tiempo, fácilmente lo puedes eliminar de forma definitiva.

Recuerda que aunque parezca un problema muy grande al principio, si mantienes la calma y te atiendes con los especialistas adecuados, las posibilidades de que todo salga bien son mucho mayores.